Conocemos a unos de los fotógrafos más seguidos por las
redes sociales, no solo por su trayectoria sino también por esas historias que
nos cuenta en cada fotografía que nos presenta.
Florián Palomar Gascón aficionado a la fotografía callejera,
social y de reportaje lleva en este mundo de la fotografía, como aficionado,
unos cuatro años. Madrileño, el cual no se pierde ningún evento o manifestación
de la capital española, de los cuales podemos destacar las manifestaciones del
15-M, los eventos del día del orgullo gay y, en general los que tienen carácter
reivindicativo. Sus trabajos están expuestos en su web http://www.wix.com/florianpalomar/my-galery#
en su galería de Flickr http://www.flickr.com/photos/florian_fotero.
En la red es conocido como Homer Fotero.
ALRAMLA magazine. Háblanos de tu equipo de trabajo.
Florián Palomar. En realidad,
cualquier cámara que tenga al alcance es mi equipo, pues en general no utilizo
un equipo concreto para realizar un trabajo, sino que adapto el disparo a la
cámara que tenga en ese momento. No creo en la necesidad de gastar mucho dinero
para hacer fotografías interesantes. Compré una fujifilm finepix S5600 y, empecé a
aficionarme a la fotografía, después para conocer un poco más compré un cuerpo
de una NIKON D60, con un objetivo de segunda mano que todavía utilizo NIKOR
18-135 f3,5-5,6 y una compacta canon ixus 105, que gané en fotoprix en octubre
de 2010. Como podéis ver es un equipo humilde, y sigo utilizando cualquiera de
ellas según qué circunstancias. Creo que tengo imágenes igual de interesantes
con cualquiera de ellas.
ARM. Hemos
visto que para cada imagen tienes una historia ¿Cuál es inolvidable?
F.P. Las imágenes que publico me hablan. Algunas tienen una historia en
el momento en que las hago, otras me la cuenta la propia fotografía en algún
momento.
Hay una que me gusta especialmente, se titula “El hacedor de burbujas”.
Andaba paseando Por la Plaza Mayor de Madrid, estaba mirando a un joven
que con un cubo y un par de varillas de madera unidas por una cuerda, hacía
pompas de jabón enormes con las que un grupo de niños jugaban saltando y
gritando. Mi imaginación empezó a volar e imaginar una historia, estaba embobado,
de repente giré la vista y sentí un impulso, al ver una burbuja volando me
acerqué, intenté colocarme para tener un fondo que me gustase y disparé. Al ver
la imagen en el ordenador se me puso una sonrisa enorme y me sentí como
aquellos niños, pues casualidades de la vida, toda la plaza sale reflejada en
la burbuja.
ARM. ¿A quién te ha costado más
fotografiarlo?
F.P. Por supuesto a mí. El
autorretrato creo que es de lo más difícil que hay, de hecho todavía no me
hecho uno en el que me enfrente a la cámara sin ningún tapujo, siempre me
oculto tras ella u ofrezco una vista parcial de mí y, es que a veces la cámara
captura el alma y eso, es algo que asusta un poco.
ARM. Y alguna anécdota.
F.P. Pues tengo una que me sucedió en una exhibición deportiva de artes
marciales.
Fui a ver a un sobrino mío que participaba y, en mi afán de sacarle una
foto, bajé y me acerqué a la pista, pero todavía la distancia era mucha, así
que decidí arriesgarme un poco más y me acerqué a la pista. Tanto fue mi
atrevimiento que me confundieron con un fotógrafo que venía a hacer un reportaje,
me preguntaron si tenía acreditación y, como me había acercado tanto a los
participantes, mi sobrino que estaba allí, vio lo que estaba pasando y se
adelanto, me gritó “¿tío has venido a hacer el reportaje?”, yo asentí, entonces el instructor que estaba
conmigo me sonrió, y me dijo “ah entonces siga con su trabajo”. A partir
de ahí, todo fue pasar vergüenza, ya que
me quedé solo, en medio de la pista del polideportivo, y tuve que estar durante todo el acto
haciendo fotos de los participantes como si fuera un reportero experimentado.
Ahora me sonrío al recordarlo, pero fue una situación surrealista.
ARM. Fotografía que aun no tengas y estas
deseando tener.
F.P. En realidad son muchas las fotografías que quiero tener. Son muchas
las asignaturas pendientes. El paisaje, los macros, la fotografía creativa, la
nocturna, es decir, la fotografía que quiero tener es aquella que al mirarla te
quedas hipnotizado, aquella que no deja lugar a ninguna duda sobre su
excepcionalidad, la mire quien la mire.
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